miércoles, 26 de mayo de 2010

Sistemas nerviosos frágiles




Al fin y al cabo, tú eres un mísero punto más clavado en este estrecho mundo en el que nadie es capaz de mirarse otra cosa que no sea el ombligo (algunos sí, pero mejor me callo lo que se miran, no vaya a ser que se sientan ofendidos). Te has visto involucrada en cosas en las que no habrías pensado jamás, en cosas que no compartes. Has tomado tus decisiones y han venido a decirte que estás muy equivocada. Ahora te juzgan. Es lo fácil.

Te dicen cuatro cosas que parece que van simple y llanamente para hacer daño. Te dicen que finges un estado de ánimo bajo (por lo menos por dentro, porque desde fuera no se te nota nada de nada) para llamar la atención de los demás. En el mundo, tú eras una simple egocéntrica más. No eras una egocéntrica especial, sino una simple egocéntrica real.

No hay nada que te dé más rabia que el que te juzguen sin saber, sin conocerte. Y lo pasas mal porque, en el fondo, sabes que les pides demasiado. Nadie va a ser capaz de entender todo lo que te ocurre por dentro. Nadie va a ser capaz de mirarte y ver algo más que un cuerpo y unos ojos cansados. Nadie va a ser capaz de atisbar en ti un sentimiento poderoso, por mínimo que sea. Es lo que hay. No se le pueden pedir peras al olmo. No se le puede pedir a alguien que reconozca un sentimiento que no ha pasado (ni pasará) por su pecho.

Podrías gritar ahora mismo y quedarte más ancha que larga. O podrías soltar cuatro borderías e impertinencias de las tuyas y poner, al fin, los puntos sobre las cabezas de los que no muestran muchas luces. Pero prefieres callarte. Prefieres dejar que cada cual piense lo que le apetezca. Aunque sepas que están equivocados y que sus equivocaciones dañan tu moral y, lo que más te jode, tu orgullo.

Me callaré hasta que llegue el momento de estallar y diga las cuatro verdades que nadie quiere escuchar. Las diré a la cara, por supuesto. Lo de ir a las espaldas es propio de los sistemas nerviosos frágiles.

2 comentarios:

  1. Todos juzgamos sin tener ni puta idea de la vida de los demás ni de sus motivos y circunstancias para actuar de una determinada forma. No nos enteramos de la misa la mitad, pero juzgamos. Juzgamos y casi nunca absolvemos.

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  2. y no estas juzgando tú ahora a los demás??? ¿quien en realidad se esconde de la verdad? ¿tú? ¿ellos?... quizás el loco es el único cuerdo en un mundo loco???

    siempre hay que ver mas allá de las propias opiniones, saber en que se basan los cuerdos para llamarnos locos y por qué creemos que somos los únicos cuerdos.

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