sábado, 15 de mayo de 2010

Pura droga sin cortar



(¿No os sentís identificados?)


Traigo seis millones de maneras de morir, solo una de vivir.

(Violadores del Verso-Pura droga sin cortar)


Empecé esto con la ilusión del que tiene un proyecto entre manos y se siente capaz de hacerlo crecer al ritmo que le imponen sus latidos. He fluido entre las palabras y, en muchas ocasiones, he tropezado con ellas. Ahora que estoy en el dolor, prefiero no escribir. Lo he intentado y lo único que sale son escritos repletos de frustraciones y dolor en estado puro. Me parece muy repetitivo escribir siempre lo mismo. Intento evitar que el leer mis palabras se convierta en un coñazo (tanto para mí como para el respetable y sorprendentemente abundante público que no se pierde ni una cita conmigo y mis frustraciones).

Escribir esto es como estornudar y correrse a la vez* (burrada al canto, ¿quién no se lo ha imaginado alguna vez?). No me gustan los pudores a la hora de escribir: si sientes dolor, si ves que la vida es una puta mierda, si has tenido pensamientos suicidas, si te apetece hablar de sexo desde el lado más frío, si quieres soltar alguna burrada o alguna gracia. Si, en definitiva, necesitas mostrar tus sensibilidades y comederos de cabeza. Sin pudores. Sin miedos. Sin testigos.Sin jadeos.

Escribir con las limitaciones como perras en celo mordiendo tus poderosos brazos y tu deficiente hipotálamo. Escribir con la sabiduría del que no tiene ni zorra idea de nada y al que le quedan tantos segundos por vivir y tantas cosas por ver y sentir, que le produce vértigo el simple hecho de pensarlo.

Lo peor de esto es que tengo una obligación con los demás y conmigo. Ya me han echado la bronca por no escribir tanto como antes. Pero es que cuando algo hace daño de verdad, es difícil hacerlo sin derrumbarse.

Ahora empieza una nueva etapa tan destructiva como la anterior. Empieza el resurgir poderoso del guerrero. Ha llegado un momento en el que estoy tan cansada de encontrarme en el suelo con el cuerpo recogido en posición fetal y con los ojos doloridos de tanto llorar, que he decidido levantarme por cojones. No hay más motivo ni razón que porque sí. Aunque no me guste esa respuesta que lo explica todo sin explicar nada.

Dejaré de escribir cuando no me quede nada por contar. Mientras tanto, seguiré pensando en verso y escribiendo en prosa. Aunque duela. Aunque frustre.


*Frase de la canción "A las cosas por su nombre" de Violadores del Verso"

1 comentario:

  1. Es la parte más dura de la caida: el decidir volver a levantarse y ponerse manos a la obra. Lo digo por experiencia, me he caido pocas veces, porque casi nunca hago acopio de valor suficiente para levantarme.

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