El sístole sin diástole ni dueño.

Si no hay mucho que decir,al menos, tu voz.Léeme ,siquiera un texto ya dicho.Llama, aunque sea por error para preguntar equivocadamente.Recita, canta o cuenta esa historia que es ya la leyenda de vidas siempre por vivir. Pero dame tu voz, que es poético decir que no necesita remitir a contenido alguno.La voz es ya en sí misma un sentido singular. Déjame dormir en ella.Y, cuando sea preciso, fallecer al arrullo de su despedida.
(Ángel Gabilondo-Alguien con quien hablar)






Días suicidas.Llevo unos cuantos días algo fuera de mí:sin ganas de comer, sin ganas de dormir y prácticamente sin ganas de nada.Con una ansiedad que se pasea a sus anchas por el corazón y por el rostro.Me pregunto cómo aguanto esto.La respuesta no es nada complicada: como combustible Red-Bull y Coca-Cola (odio el café), con eso consigo fuerzas para llevarme algo sólido a la boca.Todo esto explica las ojeras (adheridas a los ojos permanentemente),el malestar general,la delgadez y algún que otro desorden más.
Intento brindarle una sonrisa a la vida y ella me mira con cierto aire de indiferencia.Intento indagar una respuesta al cielo (y,en muchas ocasiones al infierno), pero no obtengo más que un agudo silencio, un silencio que me hiere el alma y los tímpanos.Intento adivinar cuál es el sentido de mi existencia, pero la bola de cristal está algo empañada desde la última vez que la usé. Intento correr hasta desbocarme para congraciarme conmigo misma.Intento serte sincera, pero las mentiras son lo único que explica mi forma de ser y de ver las cosas. Intento mejorar cada día, pero esto sólo se queda en intentos.Intento intentarlo, te lo juro por mi vida ,o, puestos a jurar por algo que tengo en la palma de la mano, te lo juro por mi muerte.