sábado, 27 de febrero de 2010

Caresse sur l'océan.





(La preciosa imagen es de Raúl . Como no podía ser de otra forma, se trata del peine de los vientos.)


Caresse sur l'océan,
porte l'oiseau si léger
revenant des terres enneigées.
Air éphémère de l'hiver,
au loin ton écho s'éloigne.
Châteaux en Espagne.
Vire au vent ,tournoie ,déploie tes ailes,
dans l'aube grise du levant.
Trouve un chemin vers l'arc-en-ciel,
se découvrira le printemps.


(Les Choristes- Caresse sur l'océan)





Hoy, el viento azotaba las ventanas con una fuerza imparable.No he podido evitar echar la mirada por la ventana de mi habitación y contemplar el paisaje que tantas veces ha sido cómplice y único testigo de mis fugaces pensamientos. He cerrado la puerta, he apagado la luz y he mirado a la noche y al viento con una calma que no me ha salido de dentro, con esa calma que nunca viene para quedarse; he abierto la ventana y he sacado el brazo con la mano completamente extendida, acto seguido, he intentado coger un retazo del viento que pasaba acariciándome sin piedad, pero el muy puto se me ha escapado. Frustrada ,he levantado la mirada (que no era la mía) y he podido observar una escena para no olvidar: los árboles se batían en duelo eterno con la fuerza intempestuosa del que pasa sin mayor intención que la de derribar muros, proyectos, sueños, y que se lleva (sin dárselas de importante) pensamientos, sentimientos, miradas, caricias, sonrisas, palabras, nubes, deseos,anhelos , puentes, rosas y un largo etcétera. La propia escena me ha sobrecogido de tal manera que ,cuando he cerrado la ventana, he sentido la necesidad de sentarme al borde del colchón y respirar hondo como unas siete u ocho veces (como cuando la ansiedad anuncia que viene porque se le pone en los cojones).

Ahora que la ansiedad se ha ido y que no me escucha nadie, diré que el viento nunca está de más, pero que el de fuera ya se puede ir calmando un poco, que se las está dando de listo. Del de dentro no hablo, sólo escribo.

1 comentario:

  1. El viento consigue desquiciar los nervios (que si la tramontana, que si el siroco, que si le ha dado una "ventolera", que si le ha pegado un aire...). Y al final casi nunca se lleva nada, solo lo arrastra y lo remueve, pero cuando se calma todo sigue ahí, sólo que arremolinado.

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