miércoles, 2 de junio de 2010

Galerías




De las cuatro galerías del alma se extrae el hálito que supuran las heridas. En las seis galerías de la razón se vierten los impulsos, veloces como un potro incandescente rodeado de amaneceres.

Entre rosas y sangre se debate el último retazo de coherencia que se exprime de la más alta torre que conduce hacia el abismo. Los rascacielos son el último lugar al que ascendemos, una vez se han recorrido los insaciables laberintos de la memoria.

El eco es necesario cuando comenzamos a sentir la soledad del que se siente solo y extraño en un mundo repleto de severidades e incertidumbres. Cuando ese eco es únicamente interno, se prefiere la muerte en vida. O la vida en muerte.

De castillos están hechos nuestros sueños (¿o acaso nuestro sueños hacen castillos?), tan inevitablemente aterradores como calmantes, tan sutilmente cargados de incomprensión.

Prestas vuelan las aves entre praderas de nubes, que acompañan al océano y a los charcos cuando en éstos se ve reflejado el cielo.

Nada de esto importa: todos sabemos que la víspera de ayer es pasado mañana. Todos sabemos que la tierra es el cielo disfrazado de tierna galería. Una vez más, nos las damos de listos.Así nos va.

1 comentario:

  1. ¿Por que el alma tiene cuatro galerias y la razón seis?, ¿cuales son?, había pensado en los cinco sentidos sobre los que supuestamente basamos nuestros razonamientos, pero aún asi me faltaría una. Y respecto a las del alma ni idea...
    (El texto me gusta, excesivamente denso para mi, pero bonito).

    ResponderEliminar